top of page
  • Foto del escritorTeletubbies

¿Merecemos la TV que tenemos?

El 11 de Febrero de 2011, a las 22:15 horas se emitió, en ‘El debate de la 2’, una mesa redonda cuya premisa era: ¿Tenemos la televisión que nos merecemos?.

En el programa nos encontramos con María Casado como mordedora y a seis profesionales del panorama televisivo nacional

El debate puso en boca de esas personas, más que conocedoras del medio, la pregunta que muchos nos hemos hecho en cuanto a la calidad de la televisión. Una idea que, 8 años después, sigue en el mismo punto en el que ellos la dejaron.

¿Es la televisión que tenemos la que nos merecemos? En 2011 no lo tenían demasiado claro, ya que, por ejemplo, Mariola Cubells tenía claro que no, que la televisión era el producto de los dueños de las cadenas y sus intereses; sin embargo, Ramón Colom y Javier Sádaba defendían que sí, que si un programa daba audiencia era porque los televidentes querían verlo y, por ende, era un espacio deseado por la mayoría.

Por ello creo que lo más útil es dar mi humilde opinión sobre el tema, para ver si así sacamos algo en claro sobre el asunto.

Mi respuesta breve para la pregunta sería parecida a la de Colom y Sádaba, es decir, que la televisión actual es la que nosotros queremos que sea.


La televisión comercial, que es el modelo que tenemos ahora, está concebida como instrumento para captar la atención del espectador y convertirlo en consumidor. Es decir, la televisión es una sucesión de anuncios interrumpidos por programas, un escaparate constante cuyo objetivo es que compremos productos. Y por ello cuanta más audiencia tenga un programa más se paga por poner ahí un emplazamiento publicitario, o lo que es lo mismo, cuanto más veamos una cadena más ganará ella por bombardearnos con publicidad.

Esto ya nos da una ligera pincelada de la forma de programar una parrilla, y del enfoque de los directivos a la hora de crear un programa. Si quieren ganar dinero a través de la publicidad deben darle a la audiencia programas que quieran ver, por ello podríamos entender que somos nosotros los que elegimos la programación a través de nuestro tiempo delante del televisor.

Pero si elegimos nosotros la programación, ¿por qué sigue en antena Sálvame? Pues por lo mismo que Aqui hay tomate (El padre de Sálvame) significó un bombazo mediático, porque, aunque lo intentemos negar, nos gusta la carnaza.

En España tenemos la televisión comercial mas rentable de Europa, personificada en el grupo Mediaset. El mismo que en su canal principal, Telecinco, le da 4 horas diarias a Sálvame, más otras 3 horas con el Sálvame Deluxe del sábado.

La semana pasada mismamente el programa más visto del jueves, según Barlovento, fue GH Duo de Telecinco.

No dejamos de decir que el panorama televisivo español es desolador, que está lleno de realities, remakes de programas americanos, corazoneo y publicidad excesiva. Pero, aunque suene duro, es lo que nos lo merecemos, por el simple hecho de que no dejamos de verlo.

Siempre nos quejamos de la tele que tenemos, pero nos la dan porque es la que la gente ve y, por ende, la que tiene más audiencia.


Ya pasaron los años en los que después de un duro día de trabajo, llegabas a casa para comer y ponías la tele con el único objetivo de distraerte un poco. Ahora nadie nos obliga a regalar nuestro tiempo libre a la televisión comercial, tenemos internet, canales de pago, plataformas de video bajo demanda... Un sinfín de posibilidades, formatos y dispositivos.

Si consumimos televisión es de forma lineal, es decir, mientras se emite, lo que denota que realmente queremos ver el programa en cuestión. Y, aunque sorprenda, Barlovento vuelve a darle el primer puesto en ese tipo de consumo a Telecinco.


En España la única cadena que le plantó cara a la publicidad ha sido la pública, es decir, La 1 y La 2, que en 2010 decidió eliminar los cortes publicitarios y los ingresos de éstos para ofrecer una programación libre y de calidad. Decisión que ha logrado ponerla en el último lugar en audiencia de las cadenas principales.

Es imposible no admitir que la televisión depende de la audiencia, por lo que el problema puede radicar en los propios televidentes.

La pirámide de población está invertida, así que las nuevas generaciones poco voto tenemos en esto. Además, aunque sea triste, la vida de la mayoría de la gente es bastante bastante aburrida; se levantan para ir a trabajar, hacer recados, cuidar de los niños..., y luego llegan a casa y viven la vida a través de las polémicas o el drama que les regala la televisión sensacionalista. Una vía de escape que ha logrado crear un imperio mediático, y una nueva forma de hacer televisión.


La gran Mayra Gomez Kemp, lo dejó claro en esta entrevista recogida por la Agencia EFE, supongo que para servir de ejemplo: "Cuando algo me molesta cambio de canal o apago la tele, leo un buen libro o escucho un buen disco... Tenemos la televisión que merecemos, si tiene audiencia, es que nos la merecemos”.

Óscar Blanco

30 visualizaciones1 comentario

Entradas recientes

Ver todo

1 comentario


mepologo
22 feb 2019

Óscar, el contexto inicial y los datos de audiencia están muy bien, pero creo que la entrada pasa de puntillas por el interrogante que planteas tú y que se ponía sobre la mesa de debate.

Sería oportuno haber recogido opinión de todos los participantes, dado que todos ellos aportaron "su titular o titulares" y ahondar en más contenidos, como por ejemplo en los informativos, a los que Javier Sábaba calificaba de igual o más dañinos que un programa basura.

Otro apartado que es fundamental definir como punto de partida es la función de la televisión (entretenimiento, negocio, educación...); y echar un vistazo a las pantallas europeas o americanas.

Estoy segura de que podías haberte arriesgado a vaticinar hacia dónde vamos…


Me gusta
bottom of page