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PRODUCT PLACEMENT EN LA NEOTELEVISIÓN

¿Crees que es casualidad que en "Spiderman", el Duende Verde surcara los cielos pasando justo por delante de carteles de Samsung y whisky Suntory? ¿O que en "Medico de familia" tuvieran más bricks de leche Gaza que miembros en la familia?

Las estrellas del cine y la televisión influyen considerablemente en el comportamiento de compra del consumidor, que aspira a parecerse a sus ídolos comprarndo las mismas cosas que ellos. Y en eso se basa el product placement.

El primer caso lo voy a dedicar a la serie "Arde Madrid", de Paco León, y su forma de introducir emplazamientos de producto sin que se note demasiado.

Esta serie estrenada en el pasado Festival de San Sebastian está producida por Movistar+, y, además de a la carta, se ha podido ver en su canal #0.

Su trama es la de un biopic, que narra la vida de la actriz  Ava Gardner durante su estancia en el Madrid de los años 60, desde el punto de vista de sus empleados domésticos y en plena época franquista.

En esta serie encontramos dos emplazamientos de producto muy sonados, ya que no sólo están presentes sino que se verbalizan.

El más descarado, a mi parecer, es el de JB, una de las marcas más conocidas de whisky. Que es el desencadenante de una de las subtramas principales dentro del metraje, ya que los protagonistas se endeudan intentando traficar con botellas de esa marca.

Dejando a un lado esa "ley seca" de los años 60 que se inventan los guionistas, el hecho de darle un sentido y una continuidad en la serie a este producto hace que la publicidad pase desapercibida. Pero lo cierto es que la marca como tal, solo sale en su primer episodio, titulado "Poco Católica".

El otro producto que se cita es la casa de moda de lujo Loewe, ya que es su mítica tienda de Gran Vía 8 el lugar en el que han decido que trabaje la tía de la protagonista. Allí, rodeadas de bolsos clásicos de la marca, hablan de costura y sexo, siendo uno el subtexto del otro.

Entiendo que el establecimiento es fotogénico, incluso cuenta la leyenda que gracias a él se puso de moda la expresión "ir de escaparates". Pero, aunque su fachada sea patrimonio de la Unesco, no existe motivo en la trama por el que tuviera que hablarse de la marca.


Cambiando un poco la dinámica, en lugar de hablar de un ejemplo concreto voy a enfocarlo en nombrar a la marca que más practica el emplazamiento de producto: Apple.

Es una de las marcas más prestigiosas del planeta, y aunque ya está en boca de todos, sigue trabajando en su publicidad.

Cierto es que empezó en el cine, siendo la marca tecnológica que más veces ha aparecido en la gran pantalla. Pero ya en los 90 decidió, con "Sexo en Nueva York", dar el paso a la ficción televisiva.

Actualmente, gracias a Neox, de Atresmedia, podemos disfrutar diariamente de dos series que vienen esponsorizadas, en gran medida, por este gigante tecnológico.

Una de ellas es "The Big Bang Theory", ya que uno de sus capítulos sirvió para la presentación de SIRI, el asistente de los iPhone.

La idea fue buena, ya que es una serie cuyo público objetivo es muy cercano a la empresa.

Dentro de la trama, Raj, uno de los protagonistas, tuvo un particular romance con su asistente personal informático, y a la vez que esto mostraba la tristeza del personaje, dejaba constancia de la eficiencia de SIRI.

La otra es "Modern Family", una serie que desde un inicio giró en torno a la marca. Mi compañera Lorena Arévalo aborda bastante bien este aspecto en su entrada "Una "nueva" forma de hacer publicidad". En la que destaca el episodio que se grabó complentamente con dispositivos portátiles Apple.

Yo, te dejo aquí un video del making off, pero te recomiendo leerte la entrada de mi compañera.


La publicidad ha creado una auténtica industria dentro de propia la industria del entretenimiento. Antes de los rodajes, las productoras remiten los guiones de sus películas y series de televisión a las agencias especializadas con el fin de que localicen o creen en ellos posibilidades para la colocación de las marcas de sus clientes.

Por un lado es entendible, ya que de esta forma se favorece la creación de nuevos contenidos de calidad, pero el verdadero coste revierte siempre en el televidente. Al final pagamos doblemente al encender la televisión, por un lado mediante impuestos si es la televisión nacional o directamente si se trata de una de pago como Movistar+; y, por el otro, al ser víctimas de un bombardeo indiscriminado de estímulos comerciales que lo único que buscan es que consumamos más.

Óscar Blanco

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1 Comment


mepologo
Mar 30, 2019

¡Felicidades por tu trabajo! Buen contenido, enlaces y complentos audiovisuales. 3/3

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